Ingenieros de la Universidad de Stanford crearon una nueva técnica, más sencilla y rápida, para producir mejores baterías, células solares y catalizadores. Dicho descubrimiento se consiguió aumentando el rendimiento catalítico y eléctrico de nanocables, que fueron ‘decorados’ con cadenas de pequeñas partículas.
Este método es mejor que los anteriores ya que permite crear baterías con mayor densidad de almacenamiento de energía. En el campo de la energía solar beneficiaría en unas láminas fotovoltaicas con mayor eficiencia. El éxito de esta técnica se debe a que la superficie de los nanocables fue alterada, creando irregularidades que aumentaron su superficie con la adición de nanopartículas.
Los investigadores denominaron esta técnica como sol-flame. Consiste en sumergir los nanocables en un gel a base de metal y sal, dejarlos secar al aire, y posteriormente quemarlos con una llama. En pocos segundo las nanopartículas cristalizan en las estructuras de los nanocables. Ahora queda un largo camino para hacer que este método se pueda aplicar a los procesos de fabricación de los productos antes señalados.
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