Smartflower POP+ es la versión con baterías del famoso girasol fotovoltaico de la compañía austríaca Smartflower. Hay un modelo pensado para instalaciones conectadas a la red, y otro cuando están desconectadas, con más capacidad. Posee seguimiento solar, y un montón de ventajas que ya hemos señalado en nuestro blog.
Científicos de la Universidad de Harvard desarrollaron una batería de flujo que apenas pierde capacidad de carga, y que se fabrica con materiales más baratos. Esta nueva batería recargable líquida tiene dos soluciones acuosas, en pH neutro. Utiliza electrolitos de ferroceno y viológeno. Pierde el 1% de su capacidad a los 1.000 ciclos, y no es tóxica, por lo que podría tener también aplicaciones domésticas.
La startup SunCulture desarrolló SolPad, un panel solar integrado que permite instalaciones fotovoltaicas inteligentes, más baratas que las convencionales. Se trata de paneles solares que ya llevan incorporada una batería e inversor. Pueden funcionar de manera independiente, o conectados entre sí para formar una matriz. Posee un software de control de funcionamiento.
La startup danesa InfinityPV desarrolló el cargador solar enrollable HeLi-on. Una batería que cabe en un bolsillo, y que se puede recargar desplegando una lámina solar que lleva dentro. Su panel fotovoltaico es de células orgánicas (polímero), la batería se puede recargar también desde un enchufe. Desde ella se puede cargar cualquier gadget con conexión USB compatible.
Un equipo de investigación de la Universidad de Kogakuin ha creado un sistema híbrido de baterías transparentes que además son paneles fotovoltaicos. El panel es extremadamente delgado, y gracias a su tintado es capaz de capturar energía de la luz solar. Cuando la batería está cargada, el panel se aclara. Su aplicación para las ventanas es más que evidente.