El mismo arquitecto autor del refugio AerieLOFT enseñó al mundo un nuevo diseño. En esta ocasión se trataba de un cobertizo para colocar en el jardín. Estas pequeñas estructuras están muy de moda, debido principalmente a su tamaño (apenas 10m2), y por no necesitar de permiso de construcción.
Al igual que en el proyecto de aquel refugio, este cobertizo tampoco tiene espesores considerables para protegernos del frío y del calor. Tal vez por ese motivo dispone de una estufa de leña, localizada en una especie de nicho forrado de metal. Eso sí, la cubierta tiene dos franjas cultivadas con sedum, y se prolonga más allá de la entrada, formando un pequeño porche que hace parecer más grande todo el espacio. El diseño general del refugio no es malo, pero estaría mejor con acabados más profesionales y mayores espesores de sus paredes (con aislamiento).
Es un trabajo de Martin Liefhebber (de Breathe Architects).