Dutch Mountain es un proyecto de los que podríamos calificar como «experimental». Es así porque se aleja del concepto convencional que uno pudiera tener de una vivienda. También porque su diseño incorpora medidas encaminadas a tener un comportamiento pasivo determinado. En teoría deben funcionar, y es con su construcción cuando se comprueba su eficacia.
También este proyecto es el de una casa subterránea, o mejor dicho: semienterrada. Está ubicada en una zona rural holandesa, bajo una colina artificial que hace casi desaparecer el entorno. Es por el lado sur-oeste donde presenta fachadas muy acristaladas, para conseguir una importante ganancia solar en invierno. Aquí colabora también la masa térmica del hormigón utilizado en el suelo y en el muro interior. El voladizo de madera de la cubierta sirve para regular este fenómeno, evitando una ganancia excesiva en verano. Todo esto se explica en el esquema de aspectos sostenibles.
Más detalles de la casa Dutch Mountain
La madera que se ha utilizado, procede de los bosques cercanos. También se ha reutilizado metal para ciertas partes de su estructura. Su diseño pasivo hace que se necesite poca energía para calefacción, pero incorpora una instalación fotovoltaica en el tejado, tanto para abastecer las necesidades del hogar, como un vehículo eléctrico. Además cuenta con un sistema de reciclado/reutilización de aguas grises.
La casa Dutch Mountain se organiza en un rectángulo de 12 x 19 metros. Tiene una estructura porticada que cruza todo el ancho, permitiendo una distribución interior bastante flexible. El espacio principal está ocupado por el salón, presidido por una chimenea que lo separa de la cocina. Las habitaciones están apiladas y construidas con estructuras ligeras de madera, lo que facilita posibles cambios futuros.
Si el tratamiento exterior nos ha parecido una maravilla, no ha ocurrido lo mismo dentro. Ahí el mobiliario y algunos detalles son para olvidar.
La casa semienterrada Dutch Mountain la diseñó Denieuwegeneratie.