En su día el CAD (diseño asistido por ordenador) supuso una revolución en la arquitectura. El paso a las 3D fue casi inmediato, pero viendo trabajar a este robot albañil, queda claro que la siguiente conquista va a ser la construcción automatizada.
Grúa con robot albañil. Sistema Fastbrick
Esto que vemos forma parte de una evolución lógica. Si antes de construir un edificio ya se tiene toda la información digitalizada. Ejecutarlo de manera «analógica» supone todo un atraso. Esto no solo tiene que ver con procesos de prefabricación, sino con una ejecución casi al 100% digital en el sitio. Y es que probablemente con la arquitectura terminará ocurriendo algo parecido a lo que se ve en una factoría de coches.
El sistema Fastbrick se parece más al robot SAM, e incluso a la máquina que colocaba adoquines, que al sistema Contour Crafting de impresión de edificios.
Este singular albañil se compone de un vehículo con grúa, al que se le ha añadido una cabeza robótica, un sistema de alimentación de ladrillos, y otro de transporte por su brazo. Es capaz de colocar 1.000 ladrillos en una hora, pero sin mortero. Desconocemos si esto último es intencionado, para que sea un humano quien se encargue de añadir el mortero. El problema es que el robot hace su trabajo bastante rápido. Hemos calculado que coloca un ladrillo cada 3,5 segundos (aproximadamente), así que, seguirle el ritmo es difícil.
Pero tampoco sería un problema añadirle un cabezal que proporcionara la mezcla de mortero a cada ladrillo.
Cuando los datos digitales de la obra (el diseño 3D) se cargan al sistema, la Fastbrick calcula los ladrillos necesarios. También sabe cuáles de ellos tendrán que cortarse, y trabaja con una precisión de 0,5 milímetros. Los dinteles de los huecos (por ahora) corren a cargo de los humanos.
Este robot albañil es un invento de Fastbrick Robotics.