Hay zonas del planeta que están muy pobladas. La densidad es alta porque ya no queda mucha tierra donde ampliar las ciudades. Por eso en determinados lugares tiene sentido la idea de crear islas artificiales, o ampliar el territorio mar adentro. Arca de Noé es un concepto de ciudad que, además de resolver este problema, también aporta otras muchas ventajas. La mayoría de ellas están estrechamente relacionadas con la sustentabilidad/sostenibilidad.

Su nombre nos advierte de su capacidad para soportar todas las especies (animales, peces, plantas,…), especialmente aquellas que han sido violentamente desalojadas de su hábitat natural por catástrofes. La altura perimetral de 64 metros protege toda la isla flotante de tsunamis, fuertes oleajes, y vientos; y si la emergencia lo requiere, sus habitantes pueden protegerse en grandes burbujas situadas en su interior.
Estos asentamientos en el mar podrían valerse muy bien de las energías renovables procedentes de aerogeneradores, corrientes marinas, o paneles solares; y por supuesto alimentarse gracias a sus cultivos. Evidentemente, las aguas pluviales serían almacenadas y tratadas para el uso general de la población.
Cada una de estas ciudades podría formar parte de una red en la que hay más Arcas, todas ellas conectadas por túneles submarinos, flotantes, o por tierra firme. De esa manera se crearían islas más grandes, e incluso pequeños continentes. Los diferentes anillos que se ven en los renders son en realidad parte de los ’embudos’ que se adentran hacia las profundidades. Sirven para dar la estabilidad necesaria a todo el conjunto (además están anclados al fondo marino mediante cables).


Sección de la ciudad Arca de Noé. (Clic para ampliar).
Esta idea se presentó hace un tiempo al famoso concurso Evolo, recibiendo una mención de honor. Fue desarrollada por Aleksandar Joksimovic y Jelena Nikolic.