Este refugio está situado en Hunter Valley, al norte de Sídney (Australia). En ese lugar no hay servicios de agua potable ni de electricidad, y además está en una zona forestal protegida. Es todo un reto construir allí, así que simplemente por ser una cabaña autosuficiente, merece nuestra atención. Es conocida por Refugio Bush, y es todo un laboratorio de buenas ideas. A pesar de sus limitaciones energéticas, el cliente no quería que la casa fuera excesivamente austera, por eso tiene lavavajillas, inodoros, e incluso una piscina. Lo que no hay es aire acondicionado, pero tampoco lo necesitaba.
La estructura del refugio es básicamente un muro que sigue el contorno de la topografía, y una serie de dobles soportes de acero (inclinados). El edificio está muy bien protegido por una cubierta de mariposa, cuyo diseño sirve para facilitar la captación de aguas pluviales. Todo el agua recogida se almacena en cuatro depósitos, y suponemos que la instalación también tiene capacidad para potabilizarla.
En lo alto de una pequeña torreta se colocó una turbina eólica, pero hay que tener en cuenta que otra parte de la electricidad se consigue mediante paneles fotovoltaicos. Por supuesto, la iluminación es de tecnología LED. En general es un refugio acogedor, bien planteado, que cuenta con un equipamiento sobresaliente, y que se aprovecha de las buenas vistas que ofrece el lugar.
El proyecto de esta cabaña autosuficiente es de Farnan Findlay Architects. Fotos de Brett Boardman. [No pudimos hacernos con los planos de planta de la casa]