Este extraño proyecto corresponde a una Escuela de Primaria construida en la periferia oeste de París (Francia). No solo introduce vegetación en un entorno urbano, sino que además dispone de una singular fachada que invita a ser el hogar de determinadas especies autóctonas. Es un edificio con azoteas ajardinadas que tiene dos estructuras bien diferenciadas. Por un lado están las 18 aulas de la escuela, y por otro hay un pabellón deportivo.
Las clases están dispuestas en varias plantas escalonadas. Las instalaciones deportivas están a disposición de la comunidad de vecinos del distrito. El pabellón tiene una altura libre de 12 metros, y justo encima de él es donde está ubicado el jardín principal del colegio. Esa fachada quebrada tan peculiar se ha formado con grandes bloques prefabricados de hormigón.
Es proyecto lo realizó el estudio de arquitectura Chartier Dalix. Está especializado en centros docentes, muchos de ellos con azoteas ajardinadas.