La fabricación e importación de la bombilla incandescente se prohibió desde el 1 de septiembre 2012 en todos los países de la Unión Europea. Esta medida probablemente se tendría que haber tomado mucho antes, debido a la baja eficiencia de estas lámparas. Y más si tenemos en cuenta que en el mercado ya existían alternativas mucho mejores. Recordemos que una bombilla convencional venía a emplear el 90% de la energía en producir calor, tan solo el 10% restante se traducía en luz visible.
El invento fue atribuido a Thomas Edison*. Se basaba principalmente en un casquillo metálico que conducía la electricidad a dos hilos que sujetaban un filamento de wolframio. Este elemento estaba encerrado en un bulbo de vidrio. Al principio a ese espacio se le hacía el vacío, pero luego fue llenado por un gas inerte.
Desde el 1 de septiembre del 2009, una directiva europea prohibió la fabricación y comercialización de bombillas incandescentes de potencia igual a superior a 100W. El 1 de septiembre de 2010 las de 75W; en el 2011 las de 60W; y en el 2012 el resto. Una vez se haya vendido todo el stock de lámparas convencionales, será el usuario el que deberá escoger entre alternativas más eficientes. Primero fueron las lámparas fluorescentes compactas, y más tarde las de tecnología LED.
Ventajas de las lámparas LED
En la actualidad existe una gran variedad de bombillas LED. Ofrecen un ahorro de energía del 85% y, al contrario que las conocidas lámparas de bajo consumo (fluorescentes), no contienen mercurio. Según los fabricantes, tienen un ciclo de vida 35 veces mayor que las incandescentes, y 5 más que las compactas fluorescentes. Pero estos datos hay que tomarlos siempre con cautela, pues todos deberíamos saber ya lo que significa la obsolescencia programada.
Estas lámparas proporcionan una excelente calidad lumínica y rendimiento del color. Se puede elegir entre una luz blanca o cálida; además suelen ser regulables en intensidad, y están disponibles en muy variados diseños. Uno muy popular es el de Panasonic: lámpara LED con diseño similar a una incandescente.
Según un estudio de The Climate Group, si tenemos en cuenta que la iluminación supone un 19% de la producción global de electricidad, un cambio a lámparas LED serviría para reducir el consumo energético en un 40%. Eso evitaría la liberación a la atmósfera de unos 670 millones de tonelada de CO2 anuales. Esta cantidad es la equivalente a la que generaron todos los aviones que volaron en el mundo durante 2011.
[box type=»note»](*): Edison presentó la bombilla incandescente en 1879. Había sido desarrollada antes por Humphry Davy, y mejorada por Warren de la Rue (con patente en 1880). Hay patentes anteriores: en 1855 (por el alemán Heinrich Goebel) y en 1874 (del ruso Alexander Lodygin).
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Con el pretexto de la sostenibilidad los dueños de la pasta saben jugar muy bien. Primero han sido las bolsas que las cobran, ahora las bombillas con el pretexto de que consumen menos… a partir de 65º la mayoría de LED se estropean. Si esto supone tirarla y pagarle al multimillonario una nueva donde está la sostenibilidad? En el bolsillo de rockefeller, ahí se sostiene muy bien la tela.