Este texto es una aproximación a las aplicaciones que se pueden conseguir en el hogar con los proyectos de domótica empleando tecnología multisevicios.
Multitud de posibilidades con las luces
La iluminación de una vivienda es quizás la instalación que más y mejor se puede controlar domóticamente, no sólo por el encendido o apagado de las luces sino porque también podemos utilizar distintos niveles de luminosidad. Podemos hacer que éstas se enciendan según una programación establecida, o que se activen de manera asociada a determinados eventos.
Por ejemplo, mediante sensores de luminosidad, en zonas de paso, escaleras, o en el exterior podemos hacer que siempre tengamos un nivel justo y óptimo de luz, sin necesidad de ir encendiendo y apagando. O si nos apatece, se puede establecer una prioridad por presencia de personas, de tal manera que las luces se enciendan al atravesar un pasillo y luego se apaguen una vez nos hayamos alejado. También puede ser útil que al entrar a casa en coche, cuando accionamos para que la puerta del garaje se abra, este sea el evento que active la iluminación de la rampa y demás dependencias por las que tengamos que pasar necesariamente hasta estar dentro de nuestro hogar.
Otro ejemplo muy popular, entre aquellos que ya disfrutan de estos proyectos domóticos, se da cuando decidimos ponernos cómodos para ver una película de vídeo en el salón, simplemente con escoger en un mando a distancia la configuración correspondiente, la luz principal de la habitación se apagará, encendiéndose tenuamente la del rincón al tiempo que las cortinas se cierran. A una situación así se le llama escena, y se pueden tener muchas guardadas en nuestro sistema de control.
Las luces de nuestra vivienda tienen que poder seguir accionándose de manera tradicional, es decir manualmente, para que podamos tener así cubiertas todas nuestras necesidades ambientales.
Un ejemplo nocturno
Es posible tener una configuración de luces por la noche de tal manera que si nos levantamos éstas no se enciendan deslumbrándonos, sino que lo hagan de manera suave; o dejar programada en el cuarto de los niños alguna luz que poco a poco vaya desvaneciéndose hasta que se apague.
Los dormitorios se encuentran a una temperatura óptima para el confort y para el ahorro, las persianas están bajadas por seguridad y confort, y el jardín está regándose ya que los sensores de humedad indican al sistema de control que es necesario. La lavadora y el lavavajillas se ponen en marcha a fin de ahorrar con la tarifa nocturna (en caso de existir).
Antes de que suene una leve música despertándonos ya tendremos en un panel de la mesita de noche los datos con las condiciones atmosféricas exteriores, y si el sistema domótico ha recibido de internet un informe de atasco en el tráfico de camino al trabajo, entonces todas las secuencias para despertarnos se adelantarán el tiempo necesario para que no lleguemos tarde. Las persianas del dormitorio ya se han terminado de subir, es la hora de levantarnos, la casa está cálida y ya huele a café recién hecho.
Al salir rumbo a la oficina, no hará falta revisar las puertas y ventanas: el sistema se encargará de informarnos si alguna está mal cerrada.
Un ejemplo de utilización remota
Ya estás en el trabajo, pero recibes un sms del sistema domótico de tu vivienda: eres el primero en saber que tienes una avería en la instalación de agua. Avisas a la compañia del seguro para que manden un técnico a casa, a través de una cámara instalada y conectada a internet, sabes quién ha llamado a tu puerta, le identificas y le abres. Otras cámaras instaladas en el interior de la casa seguirán los pasos del técnico.
Si surgiera una emergencia, el sistema instalado te informaría para que decidas si debes llamar a los bomberos, solicitar una ambulancia o a la policía, tras asegurar la puerta y atrapar al técnico en el caso que hubiera necesidad.
Me parece muy feo que pongáis la misma foto con diferentes tonos para darle miga al asunto