Esto puede sonar a ciencia-ficción, pero lo cierto es que tiene mucho que ver con nanotecnología. Este artículo trata sobre el descubrimiento casual de unos científicos en Taiwán, mientras buscaban una iluminación eficiente, similar a la tecnología LED. Se dieron cuenta que la colocación de nanopartículas de oro, dentro de las hojas de los árboles, les provocaba un resplandor rojizo.
La idea de aprovechar como fuente de luz toda la masa arbórea de las ciudades, se hace realmente atractiva. Eso reduciría los gastos de electricidad y las emisiones de CO2, siempre y cuando este método no suponga un daño a los árboles. Y por supuesto, tampoco debiera ser más caro que el de la iluminación urbana convencional.
Los investigadores buscaban una iluminación eficiente y relativamente barata. No querían emplear productos químicos tóxicos como el polvo de fósforo, que sí se utiliza en los LED, y que además es bastante caro. Mediante la implantación de nanopartículas de oro en las hojas de la planta Bacopa caroliniana, se consiguió inducir a la clorofila para producir una emisión de color rojo. Bajo una alta longitud de onda de luz ultravioleta, las nanopartículas de oro fueron capaces de producir una fluorescencia azul-violácea, suficiente para activar la iluminación de color rojo.
Este método consiste por tanto en un sistema de iluminación bio-LED. Permitiría que los árboles iluminaran las calles por la noche, ahorrando energía. El descubrimiento fue aplaudido por la Royal Society of Chemistry, la mayor organización europea de ciencias químicas, y se publicó en la revista Nanoscale.
El hombre siempre jugando a ser Dios!
Me ha encantado tu artículo. La primera vez que oí hablar de las nanoparticulas fue en la película de G. Joe, no se si la has visto pero las nanoparticulas acaban con la torre eiffel, en fín, películas….
Seguro que el mundo de las nanopartículas cambian muy pronto el mundo, espero que para mejor…