Muchos países se resisten a combatir el calentamiento global, con la excusa de las inversiones que tendrían que poner en práctica. Pero la pasividad también tiene un coste económico. Y eso es lo que ha valorado la EPA (Environmental Protection Agency – Agencia de Protección del Medioambiente). Creó un informe con el título de Cambio Climático en los Estados Unidos: Beneficios de Acción Global. En él se recuerda la importancia de aunar esfuerzos entre todos los países. El fin es reducir las emisiones de gases efecto invernadero, y de adoptar medidas eficaces para frenar al cambio climático.
Aparte del riesgo que supone para la vida en el planeta, el estudio le pone valor al hecho de quedarse de brazos cruzados y no hacer nada. Eso le costaría a los EE.UU. unos 180 mil millones de dólares. Es un dinero que habría que utilizar para reparar los efectos por la alteración del clima de aquí a final de siglo.
Datos como ejemplo que aparecen en el informe
- Una adecuada política climática podía prevenir que miles de puentes se convirtieran en vulnerables frente a catástrofes futuras (inundaciones). Eso supondría una ahorro de 1.1 a 1.6 mil millones de dólares.
- Prevenir el coste de adaptación de los sistemas de saneamiento (drenaje) urbanos para soportar fuertes tormentas. Se estima que costaría entre unos 50 millones a 6.4 mil millones de dólares.
- Luchar contra el cambio climático podría reducir entre un 40% y 59% el riesgo de padecer sequías extremas. De no ser así, podría costarle a los agricultores estadounidenses unos 3.1 mil millones de dólares.
- Las altas temperaturas podrían destruir por incendios forestales de 2.4 millones a 3.2 millones de hectáreas de bosque. Ese coste alcanzaría los 1.4 mil millones de dólares. Se podría llegar a la destrucción de ecosistemas, como los arrecifes de coral que apoyan la actividad económica de Hawai, con pérdidas de 1.2 mil millones.
El informe fue realizado por la Oficina de Programas de la Atmósfera de la EPA. En él colaboraron investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts, y determinados laboratorios científicos del Departamento de Energía. Los resultados además fueron luego revisados por expertos científicos, y siete expertos externos independientes.
Escrito a partir de un artículo del The New York Times. Foto del artículo por Nicola Jones.