La industria del cemento expulsa a la atmósfera un 8% del total de emisiones mundiales de CO2. Por eso hay empresas que buscan alternativas que puedan reemplazar el cemento convencional para poder construir con menor huella de carbono. CarbonCure fue por otro camino: secuestra CO2 y lo convierte en material de construcción.
Los productos de CarbonCure tienen el aspecto del hormigón convencional, sin embargo son bastante diferentes. La compañía emplea la misma tecnología, materiales, y maquinaria de la industria del hormigón. Pero está complementada con dióxido de carbono, que se convierte mediante un proceso químico en piedra caliza dentro del hormigón (a modo de una reacción de endurecimiento adicional). Esto da lugar a materiales de construcción más verdes, e incluso con mayor resistencia. Todo ello sin dejar de cumplir con las normativas pertinentes. Si tenemos en cuenta el bloque de hormigón, se estima que por cada uno de ellos se han evitado 250 gramos de emisión de CO2 a la atmósfera.
CarbonCure utiliza el CO2 procedente de los residuos de grandes emisores finales (refinerías, plantas de fertilizantes, etc). El mismo que luego se distribuye para la fabricación de bebidas y ciertos alimentos.
Los productos fabricados con este tipo de hormigón ecológico pueden contribuir a la obtención de créditos LEED para los edificios.
Más información en el sitio oficial de CarbonCure.