Estos pequeños edificios se construyeron en una finca de Suffolk, un condado situado en la parte oriental de Inglaterra. El cliente deseaba tener dos refugios multifuncionales en el jardín de su casa, que proporcionaran un lugar de aislamiento y tranquilidad para sus ocupantes, y que además tuvieran buenas vistas a los jardines.
Los arquitectos enfocaron el encargo para que provocara el menor impacto posible. Y que a la vez sirviera para enmarcar las bellas vistas cambiantes del paisaje. Por eso aprovecharon la topografía, orientación, y vegetación madura, con el fin de diseñar unos edificios que se vieran como parte de su entorno.
Los estudios están separados entre sí, tienen 40 y 60 metros cuadrados de superficie, y se colocaron sobre los restos de un garaje existente, sin alterar la topografía del terreno. Su uso implica un bajo consumo de energía, principalmente porque son construcciones que tienen un alto nivel de aislamiento. Además llevan una instalación de radiadores eléctricos que solo se activan en determinadas ocasiones. También incorporan una instalación para que el agua de lluvia sea recolectada y almacenada en un aljibe existente.
Para la estructura se utilizó madera y marcos de acero, mientras que los acabados interiores se realizaron con un revestimiento robusto de panel aglomerado pintado. El exterior está hecho con placas onduladas de fibrocemento. Para hacer que estos espacios de trabajo fueran aún más sostenibles, se utilizaron materiales locales de baja huella de carbono. Se exprimió el diseño para optimizar su comportamiento solar pasivo, se empleó iluminación LED, así como termostatos inteligentes.
Estos refugios fueron proyectados por SOUP Architects. Fotos de Peter Cook.
Interesante proyecto de arquitectura modular integrada en la naturaleza. Excelentes espacios para relajarse y disfrutar del paisaje circundante.