Gerard Kitchener y su compañera Denis decidieron encargar el proyecto de un refugio para pasar los fines de semana. Debía construirse en la cima de una colina del sureste de Australia (Bahía de Waratah, Victoria). Ese lugar está bastante expuesto a fuertes vientos, tormentas, granizadas… Por ese motivo el refugio Kitchener es un ejemplo de cómo un buen diseño puede permitir vivir en un clima extremo.
Esta casa se diseñó con tres plantas, pero dejando casi diáfano el nivel inferior. Ahí abajo hay espacio para el garaje y el lavadero. Las habitaciones se pusieron en la primera planta, y en la última la zona de salón, comedor y cocina. En la parte superior se puede disfrutar de una estupenda vista 360º, algo que le entusiasmaba a la pareja.
El edificio se fabricó en taller, con los cerramientos revestidos exteriormente con paneles de acero corrugado y estructura metálica. Finalmente los elementos se transportaron y montaron en el sitio (en un día y medio), como si se tratara de un gigantesco mecano. Los dos grandes depósitos que se ven abajo son para almacenar agua de lluvia. Los residuos domésticos van a una unidad séptica, y la energía proviene de la red local .
El refugio Kitchener es un proyecto del arquitecto australiano Daniel Holan (no hemos encontrado su web). Fotos de Peter Hyatt.