Ya nos quedamos absolutamente impresionados con unos ladrillos ecológicos que no necesitaban de hornos para su fabricación. Estaban hechos con arena y bacterias, convirtiéndose en un material de construcción de escasa huella de carbono. Nos estamos refiriendo al ladrillo BioMason, un producto que ya tiene iniciada su cuenta atrás para su comercialización.
BioMason fue fundada en el 2012 por Ginger Krieg Dosier (Carolina del Norte), y desde entonces ha estado en el punto de mira de arquitectos y constructores comprometidos con la sostenibilidad. Ganó un premio de 560.000 dólares en el 2013, y se ha perfeccionado su proceso de fabricación para conseguir ladrillos de cero emisiones. Pero también para adaptar su escalabilidad de producción. Por ahora su planta piloto de Durham solamente es capaz de fabricar 1.500 ladrillos a la semana, así que tendrá que mejorar esa cifra si realmente quiere romper el mercado del ladrillo.
Los ladrillos convencionales se producen con arena y una serie de agentes aglutinantes. Pero necesitan de un proceso de cocción (de 3-5 días) que genera unos 800 millones de toneladas de CO2 al año. En cambio, los ladrillos ecológicos de BioMason se fabrican en 2-3 días, pero sin necesidad de altas temperatura, eliminando por completo todas esas emisiones efecto invernadero. Suena genial ¿verdad?
En el siguiente vídeo, su CEO explica mejor que nadie de qué va todo esto.
En Clean Technica se puede leer más sobre el próximo lanzamiento de los ladrillos BioMason.