Unos investigadores de los EE.UU. crearon un revestimiento que, aplicado a los paneles solares, mejora la eficiencia de las celdas fotovoltaicas en más de un 30 por ciento. Este avance tiene que ver con una idea que ya se ha aplicado en otras tecnologías relacionadas con la energía solar. Consiste en aprovechar la energía que procede de la radiación infrarroja. Esta región del espectro solar es ignorada por las células fotovoltaicas convencionales, independientemente de su calidad. Pero con el nuevo recubrimiento desarrollado por un equipo de la Universidad de California en Riverside, se puede capturar y convertir en electricidad.
El profesor Christopher Bardeen lo explicó de la siguiente manera:
La clave en esta investigación es un material compuesto híbrido, que combina semiconductores inorgánicos (nanopartículas) con compuestos orgánicos. Estos últimos no pueden absorber la energía procedente del espectro infrarrojo, pero son buenos en la combinación de dos fotones de baja energía, en un fotón de alta energía. Utilizando el material híbrido, el componente inorgánico absorbe dos fotones, y pasa su energía al componente orgánico, por combinación. Entonces los compuestos orgánicos producen un fotón de alta energía.
Este revestimiento está hecho con seleniuro de cadmio, o nanocristales semiconductores de seleniuro de plomo, en combinación con moléculas orgánicas. Además de poder aplicarse este hallazgo a la fabricación de celdas fotovoltaicas, este material también mejora las imágenes biológicas, el almacenamiento de datos, y la tecnología OLED.
Estos descubrimientos demuestran que a la energía solar aún le queda margen para reducir aún más sus costes. Con ello las placas fotovoltaicas se hacen más baratas, y generar más electricidad por metro cuadrado. Dicho de otra manera: cada vez necesitaremos ocupar menos superficie de suelo para generar la misma cantidad de electricidad.
A partir de esta noticia de la UCR. Foto de Tom Page.