Científicos del MIT (Intituto Tecnológico de Massachusetts) dieron con una fórmula para fabricar un hormigón que es más ‘verde’ y más resistente. Este hallazgo fue posible al realizar diferentes análisis moleculares de la estructura del hormigón. Se comprobó que con una reducción en la cantidad de silicato de calcio se producía un material con mayor resistencia mecánica. Pero lo mejor es que provocaba menos emisiones de CO2 durante su fabricación.
El hormigón es uno de los materiales de construcción más empleados en el mundo. Pero también uno de los principales culpables del calentamiento global (entre un 5% y un 10% de las emisiones industriales). Por eso este tipo de mejoras pueden llegar a tener un impacto verdaderamente positivo.
El hormigón ecológico del MIT
En esta ocasión los investigadores hablan de la mitad de emisiones que en el hormigón convencional. Uno de sus componentes es el cemento, y éste se consigue mediante la cocción de material rico en calcio (piedra caliza) con material rico en sílice (arcilla) a temperas que oscilan los 1.500ºC. De esta manera se produce una masa dura que luego se muele para obtener el clinker. Los principales responsables de los gases efecto invernadero que se liberan durante estos procesos son la descarbonatación de la piedra caliza, y los hornos donde se tiene que cocer la mezcla.
En los cementos convencionales se emplea una relación de calcio/sílice de 1,7. Pero nunca se habían estudiado tan minuciosamente las estructuras resultantes. El profesor Roland Pellenq y su equipo elaboraron una base de datos de todas la formulaciones químicas, encontrando que la mezcla óptima no es la más utilizada. La mejor es aquella que emplea una relación de 1,5. Y asegura que «no hay tensiones residuales en el material, por lo que sería más resistente«.
Los científicos deben comprobar que estos resultados a nano-escala también se producen a la escala habitual, en la que se utiliza el hormigón (ingeniería y arquitectura).
Más información en la noticia del MIT.