Ya sabemos que en una celda solar convencional de silicio, no toda la energía de los fotones se convierte en electricidad. Eso es debido principalmente a que el silicio no abarca todas las longitudes de onda de la luz. Ahora un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) cree haber dado con la clave para mejorar sustancialmente la eficiencia de estas células. Lo hace utilizando la luz para calentar un material, cuya radiación infrarroja sería luego recogida por una celda fotovoltaica convencional. Estaríamos por tanto ante una célula termofotovoltaica.
Los datos de esta técnica están recogidos en un artículo recientemente publicado por la revista Nature Nanotechnology. Ahí se describe la utilización de un material intermedio para calentarlo con la luz solar, y provocar una radiación en una determinada longitud de onda, que coincide con la que puede «ver» la célula fotovoltaica adyacente.
No es la primera vez que se intenta conseguir una celda así, de hecho los experimentos anteriores apenas alcanzaron una eficacia del 1%. Pero con el método llevado a cabo por este equipo de investigación, el resultado ha sido mucho más esperanzador: 3,2%. Ellos creen que están en el camino correcto, y que en teoría estas nuevas células solares podrían alcanzar una eficacia del 80%. Con el 20% ya sería un producto comercialmente viable.
Para este experimento ha sido crucial el empleo de una capa de nanotubos de carbono.
Más información en la fuente de la noticia: MIT.