Científicos de la Sociedad Geológica de Londres añadieron un apéndice a la Declaración de Cambio Climático que publicaron en el 2010. El grupo llegó a la conclusión de que la declaración original sigue valiendo, pero añadió material en el anexo. En él se dice que los nuevos resultados del estudio de la evidencia geológica indican que nuestro planeta es dos veces más sensible al dióxido de carbono de lo que se pensaba.
Estos trabajos tenían en cuenta el deterioro de las capas de hielo y el funcionamiento del ciclo de carbono. Además consideran datos recientes que revelan los aumentos de temperatura junto con el CO2 atrapado en los hielos antárticos. Revisando los patrones de los datos climáticos del pasado, la Tierra debería estar ahora enfriándose (durante un periodo de 1.000 años) debido a los movimientos en su órbita y eje. Pero con toda la cantidad de gases efecto invernadero que se han añadido en las últimas décadas, resulta que el periodo que estamos viviendo es el más cálido registrado en los últimos 2.000 años.
Recordemos que en la atmósfera existe en la actualidad una concentración de CO2 de 400 ppm, un nivel similar al que se produjo en el Plioceno (entre 5.3 y 2.6 millones de años). Por aquel entonces las temperaturas globales eran 2-3ºC más altas, lo que provocó un gran deshielo y posterior subida del nivel del mar (varios metros). Si se llega a las 600 ppm de dióxido de carbono, se podrían dar situaciones vividas por el planeta hace 24 millones de años. Esto provocaría océanos más ácidos y con menos oxígeno, extinciones de muchas especies, y por supuesto un cambio climático mucho más severo.
Según los científicos, harían falta unos 1.000 años para volver a alcanzar el equilibrio.