La magnífica línea de muebles del diseñador francés Noe Duchaufour-Lawrance es un claro ejemplo de su compromiso con la sostenibilidad y la creatividad. En esta ocasión, ha utilizado corcho quemado desechado para dar vida a la colección Burnt Cork. Está compuesta por sillas y mesas con texturas exquisitas y formas fluidas. Para lograr este objetivo, el estudio Made in Situ de Duchaufour-Lawrance en Portugal utilizó bloques de corcho tallados a mano para crear una obra de arte única.
Este material es ampliamente utilizado como aislamiento para edificios. Pero aquí se ha transformado en una maravillosa interacción de superficies y texturas que desafía la imaginación.
La singularidad de estas piezas es que cada mueble ha sido tallado en una sola pieza. Son de un aspecto elegante y armonioso, abarcando desde una mesa hasta una otomana o una silla. El diseñador desarrolló su propio proceso para incorporar la textura rugosa del corcho quemado, un desecho industrial que ha encontrado una nueva vida en esta línea de muebles.
Como veremos en este artículo, estos muebles son un testimonio del compromiso de Duchaufour-Lawrance con la sostenibilidad y creatividad. Además demuestra que los materiales sostenibles pueden ser utilizados en casi cualquier lugar. El corcho quemado encontró una nueva vida en estas piezas únicas que desafían la imaginación. Son un verdadero símbolo de la resiliencia de la naturaleza.
Inspiración
La inspiración para la colección Burnt Cork proviene de una experiencia personal del diseñador. En 2017, durante su mudanza a Portugal, Duchaufour-Lawrance se topó con incendios forestales en las colinas de Pedrogao Grande. Este acontecimiento traumático lo llevó a reflexionar sobre su relación con la naturaleza como diseñador y consumidor. Le motivó a crear muebles sostenibles a partir de materiales reciclados.
Proceso creativo
En su búsqueda por encontrar los mejores materiales para sus muebles, Duchaufour-Lawrance descubrió el corcho quemado como producto de desecho. Lo hizo durante una visita a la planta de producción de corcho de propiedad familiar llamada NF Cork, en Faro. Allí aprendió el proceso de elaboración de los bloques con diferentes tamaños de gránulos. Consiste en mezclar y pegar gránulos de corcho formando un molde. Luego se “cocina” durante 16 horas, para dejar secar durante seis semanas. Por tanto, el proceso de creación de bloques de corcho es una tarea compleja que requiere tiempo y paciencia. A partir de ahí, Duchaufour-Lawrance ideó un plan para convertir este producto de desecho en una línea de muebles sostenibles.
El diseñador utilizó diferentes tamaños de gránulo para crear una gama de texturas en sus muebles, desde grano fino hasta una textura similar a la corteza. Las piezas de la línea Burnt Cork presentan un degradado más rugoso en las bases de los muebles, resaltando la textura. Estos “soportes” se colocan debajo de los asientos curvos, los respaldos, y las superficies de las mesas que se adaptan a las formas del cuerpo o al uso previsto.
Los muebles de corcho quemado Burnt Cork son una obra de arte en sí mismos. La empresa portuguesa Granorte utilizó una máquina CNC con siete ejes para tallar cada pieza con precisión y detalle. El resultado final es tangible, interesante, y atrae la atención hacia varios puntos.
Puede haber más información de los muebles Burnt Cork en la web del estudio Made in Situ.
