Hoy día la palabra «ahorrar» está estrechamente relacionada con el consumo de energía. Existen gran cantidad de informes publicados por organizaciones e instituciones1, basados casi en su totalidad en el derroche. Suele estar provocado por nuestros malos hábitos, o la baja eficiencia de luces y electrodomésticos. Pero ese potencial ahorro es solo una pequeña parte de la cantidad de dinero que podríamos ahorrarnos si nuestra casa estuviera verdaderamente preparada. Para ello haría falta un certificado energético y una posterior rehabilitación.
Debemos tener en cuenta que casi todos los edificios en los que hoy se vive y trabaja fueron construidos en una época en la que la energía costaba mucho menos. Las temperaturas no eran tan extremas2, y tampoco existían las avanzadas tecnologías aplicadas a la arquitectura. Da igual que sus ocupantes estén concienciados en el ahorro, y usen aparatos e instalaciones eficientes. Si el edificio tiene una envolvente sin aislar, acabará siendo un auténtico devorador de energía.
¿Dónde está el mayor consumo de energía en una vivienda?
Hay estudios que señalan que la iluminación artificial es la culpable en un 50% del consumo eléctrico. Otros ponen la calefacción como responsable máximo. Pero también hay análisis que hablan del aire acondicionado, y la cocina/horno como causantes más importantes de ese gasto. Cada casa es un mundo, por eso es realmente complicado llegar a unas conclusiones fiables. Dependerá del tipo de edificio, del estilo de vida de sus ocupantes, y por supuesto de la climatología de la zona.
En España, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) publicó datos del sector residencial (2010). Señaló que la mayor parte de dicho gasto (61,8%) se lo llevaban los aparatos electrodomésticos. Casi un 15% de la energía era usada por la calefacción y producción de agua caliente. Un 9,3% la placa de cocinar, un 2,3% lo consumía el aire acondicionado… Todo ello está detallado en el informe SECH-SPAHOUSEC, realizado para la totalidad del país. Además se hizo según tres zonas climáticas (Atlántico Norte, Continental, y Mediterránea).
Teniendo en cuenta que los aparatos de calefacción/climatización son los que más energía consumen, parece lógico recomendar la instalación de aquellos que además de tener una etiqueta energética tipo A (o superior), sean de tecnología Inverter. También es aconsejable fijar el termostato en una temperatura de confort razonable (la de invierno es distinta a la de verano). Pero como ya se habrá adivinado, esto no es suficiente. Porque seguramente nuestra máquina estará demasiado tiempo trabajando para conseguir que la temperatura del aire interior de nuestra casa sea la requerida.
La envolvente es lo más importante
Cualquier instalación de calefacción/climatización, por muy buena que sea, será una ruina si:
- El edificio tiene una fachada delaga y sin material aislante.
- La cubierta tampoco está debidamente aislada térmicamente.
- Las ventanas son de simple acristalamiento, con rendijas por donde se cuela el aire.
No olvidemos que el mayor ahorro se consigue cuando el aparato está apagado. Y eso estará cerca de lograrse dentro de un edificio que tenga una envolvente bien aislada.
Certificado Energético: ahí empieza nuestro ahorro
En abril del 2013 se aprobó en España un decreto para cumplir con dos directivas europeas relacionadas con la certificación y eficiencia energética de los edificios. A partir del 1 de Junio del 2013, cualquier vivienda que se fuera a vender o alquilar debía tener un certificado de eficiencia energética. Ese documento otorga una calificación energética al edificio. En él debe figurar una información sobre las características energéticas, y todas las recomendaciones y mejoras a realizar para aumentar su eficiencia.
En definitiva, que al igual que cualquier electrodoméstico, nuestra casa también tiene una etiqueta de calificación energética. Va desde la clase A, para las más eficientes, hasta las de clase G (menos eficientes). Entonces una vivienda con etiqueta A consume hasta un 90% menos de energía que una de clase G. La de clase B lo hace en un 70%, y la de C en un 35%.
Así que, tengamos o no la intención de vender o alquilar nuestra casa, el certificado energético (realizado por un técnico competente) puede ser un excelente punto de partida para mejorar la eficiencia de nuestro hogar.
Ayudas para la rehabilitación energética de un edificio
Teniendo en cuenta que más del 30% de la energía que se consume en España procede de los edificios, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo dispone de un Programa de Ayudas para la Rehabilitación Energética de Edificios Existentes. Ese programa se conoce como PAREER-CRECE, destinado a promover obras integrales que mejoren el aislamiento térmico de los edificios. Añade además otras líneas de actuación relacionadas con las instalaciones térmicas y de iluminación.
Cualquiera puede beneficiarse de estas subvenciones, ya sean propietarios (personas físicas), o tengan personalidad jurídica (privada/pública). También están pensadas para las comunidades de propietarios, o las comunidades de edificios residenciales constituidas como propiedad horizontal, empresas, etc.
Es importante señalar que estas ayudas económicas se reciben sin contraprestación complementada (con préstamo reembolsable). Además de las cuantías que figuran en la siguiente tabla, se puede añadir otra, en base a un criterio social, la mejora de eficiencia a aplicar, o por la combinación de varias tipologías.
Requisitos para conseguir las ayudas
- Que el edificio haya sido construido antes del 2014.
- Que el coste de la rehabilitación NO sea inferior a los 30.000€, ni superior a los 4 millones.
- Que las actuaciones que se vayan a realizar en el edificio estén destinadas a mejorar la calificación energética en al menos 1 letra (medida en la escala de emisiones de CO2), con respecto a la calificación inicial que tuviera el inmueble, siendo por tanto necesario realizar el certificado energético antes de la obra.
- Solicitar las ayudas antes del 31 de diciembre del 2016.
Dejando a un lado la sensibilidad medioambiental y centrándonos exclusivamente en nuestro bolsillo, todo esto ya es motivo suficiente para que nos planteemos hacer algo al respecto. Impediremos que nuestro dinero se pierda factura a factura, sin olvidar que una casa rehabilitada y con una alta calificación energética, siempre tendrá más valor.
Puede haber más información en la web gubernamental de Controlas Tu Energía, y en la página de IDAE. En nuestro blog es posible ver más artículos relacionados con el certificado energético.
(1): Con la energía que una casa promedio española derrocha al año, se podrían ver 10.000 horas de televisión, o poner 500 veces una lavadora. Fuente ElMundo.es.
(2): Hay informes científicos recientes que demuestran la relación entre el calentamiento global y la meteorología extrema actual.