Este hermoso refugio se ubicó en Uslar, Baja Sajonia (al norte de Alemania). Está situado junto a una antigua casa de guardabosques que fue restaurada con mucho esmero. Sus alrededores tienen buenos jardines, muros de piedra, y dos estanques artificiales. Este enclave se convirtió en el sitio perfecto para colocar un refugio para amantes de la naturaleza.
Los clientes optaron por la casa árbol Solling, con la idea de alegrarle la vida a su hijo pequeño (y a ellos mismos). La plataforma sobre la que se apoya el refugio está soportada por unos apoyos inclinados (sobre el estanque), y por unos árboles cercanos, formando una alargada terraza. La pequeña casa se compone de una sala, y un dormitorio en el piso superior, accesible desde una escalera externa. Dispone de espacio de almacenamiento, bancos, tumbonas, así como instalación eléctrica.
El gran número de ventanas dispuestas, lo convierten en un mirador privilegiado para observar la flora y fauna del lugar. Durante las noches despejadas es un sitio mágico para ver las estrellas a través de su claraboya.
Este refugio fue construido por la gente de Baumraum, especialistas en el diseño y construcción de casas en los árboles.