Este post tiene que ver con un estudio de la Universidad Nacional de Australia, liderado por la doctora Nerilie Abram. Trata sobre el derretimiento del hielo en la Península Antártica, que se viene intensificando (10 veces) durante 600 años, ocupando los últimos 50 años el periodo de mayor aceleración. Esta investigación es una aportación más para intentar comprender los motivos que están causando los cambios ambientales en el Planeta. También sirve para hacer previsiones más fiables sobre la subida del nivel global de los océanos.
En un intento de medir las temperaturas del pasado, se realizaron perforaciones en un trozo de hielo de la Isla James Roos. Así se descubrió que dicho núcleo de hielo podría también dar una visión sobre la evolución del deshielo en la región. La doctora Abram afirmó que:
El derretimiento durante el verano en el centro del bloque de hielo está a un nivel más alto que en cualquier otro momento de los últimos mil años.
Diferentes capas del núcleo revelan etapas en las que la nieve en verano se derritió y luego se volvió a congelar. Los científicos compararon la evolución a lo largo de esos años del espesor de las capas de fusión, con la de los cambios de temperatura. Las condiciones más frescas de la Península Antártida se produjeron hace 600 años, con temperaturas 1.6ºC más bajas que las registradas a finales del siglo 20. Desde entonces la temperatura ha ido aumentando gradualmente, pero desde hace cinco décadas los deshielos han venido siendo más intensos.
Estos datos vienen a demostrar que la Antártida se ha ido calentando tanto, que un pequeño incremento de la temperatura puede llevar a un gran aumento de la cantidad de hielo derretido durante la época estival. Eso provocaría una inestabilidad, y una mayor subida del nivel del mar. La doctora Abram concluye:
La Península Antártida se ha calentado más rápido que cualquier otro lugar del hemisferio sur en las últimas cinco décadas. Eso es atribuible, según las pruebas científicas, a la actividad humana. En otras capas de la Antártida la situación es más compleja, y aún no está claro si las alteraciones de los niveles de hielo son casos excepcionales, o producto del cambio climático impulsado por el hombre.
Más datos en el informe de la Australian National University.