Cualquiera sabe que una superficie oscura absorbe el calor del sol de manera muy eficiente. Por eso en invierno un tejado oscuro puede ayudar a reducir la factura en calefacción. En verano es al contrario, una cubierta negra haría trabajar más a los aparatos de aire acondicionado. Es por eso que lo ideal sería que fuera blanca, con lo que se ahorraría energía.
Un equipo de graduados del MIT (Massachusetts Institute of Technology) desarrolló un material para tener tejas que cambiaran de color, dependiendo de la temperatura. Blancas cuando hace calor, y negras cuando hace frío.
El equipo de Thermeleon, así han llamado al material, utiliza un polímero comercial común en una solución de agua. Esta solución está encapsulada entre capas de plástico flexible, con una capa oscura en la parte posterior. Cuando la temperatura está por debajo de cierto nivel (esto puede alterarse según una fórmula), el polímero queda disuelto haciendo que el fondo negro se vea a través de él (absorbe calor del sol). Pero cuando la temperatura sube, el polímero se condensa produciendo una superficie blanca (refleja calor del sol).
Estos investigadores trabajan en una versión aún más sencilla en la que la solución del polímero estaría micro-encapsulada. Así se produciría una especie de pintura clara que podría rociarse sobre cualquier superficie oscura existente. Las pequeñas cápsulas aportarían la propiedad de cambio de color a dicha superficie, y sería más barato que la instalación de un material nuevo. Queda por saber qué durabilidad tendría un material con estas características, antes de comercializarlo.
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