¿Hasta qué punto la verdura y fruta que comemos debe proceder del entorno más inmediato? ¿Acaso no genera una importante huella de carbono el transporte de estos alimentos? En respuesta a estas preguntas surgen la mayoría de los proyectos de granjas verticales. El que mostramos en este artículo se llama Aberrant Agriculture. Es un edificio de mediana altura y de carácter híbrido, ya que combina la granja (cultivos hidropónicos) con un uso residencial (hotel y viviendas) y comercial.
La idea principal del proyecto era eliminar la necesidad de distribución y transporte de los alimentos. Es importante aclarar que la producción de la granja debía ser para el consumo interno. Y lo que sobrara ponerlo a la venta en un mercado situado dentro del propio edificio. El agua dulce se consigue de alguna ‘fuente’ cercana (lago, pantano…), se almacena en unos depósitos subterráneos, es enriquecida con nutrientes, y luego impulsada por bombas hasta la granja. Lo que no queda muy claro es la producción de energía necesaria para el edificio. Aquí el autor habla de quemar el metano de los desechos de las plantas, y conseguir electricidad mediante el vapor de agua.
Lo más interesante de esta propuesta no está precisamente en el diseño, sino en el concepto. Ahora bien, ¿no resulta exagerada la convivencia de usos en un mismo edificio? ¿Tú qué opinas?
El edificio híbrido Aberrant Agriculture fue propuesto por el arquitecto Scott Johnson.