En un paisaje cercano al Lago Michigan, se levanta esta casa prefabricada de fuerte presencia y verticalidad. Lo cierto es que tiene más vocación de estación científica que de vivienda, debido fundamentalmente a su revestimiento de chapa galvanizada en su fachada. También posee cierta simpleza volumétrica, y cuenta con la peculiaridad de adaptarse a los cambios de color de las estaciones.
Los listones de material reciclado de polietileno translúcido fueron elegidos por su capacidad reflectante. Por eso esta casa se comporta de forma camaleónica, mostrando los colores que vaya adoptando el paisaje en cada estación del año.
Con un basamento de muros de hormigón (semisótano) se alza una estructura metálica (steel framing). El resto se ejecuta según los principios de la construcción en seco.
El interior presenta espacios de gran altura y abiertos, con revestimiento de paneles de madera y grandes huecos que invitan a contemplar el entorno, como el que da al mirador superior. Sorprende que el ancho de la vivienda tenga una dimensión aparentemente tan ajustada, pero viendo las imágenes de su interior se entiende que la intención en todo momento del arquitecto fue organizarla según los niveles de forjados, dejando diversos huecos entre ellos, y adaptando todo el programa a esa geometría.
Es un proyecto de Anderson Anderson Architecture.