Es un hecho que las energías renovables requieren de un mayor coste inicial para implantarse, pero una vez en funcionamiento, todo son ventajas. No hay gastos en combustible, no contaminan, producen energía limpia que ayuda a frenar el calentamiento global… Pero ¿a qué ritmo se están implantando en el mundo? Un informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA – International Energy Agency) señala que en el 2012 las energías renovables crecieron un 8%. Llegó a producir 4.860TWh, cifra similar a toda la electricidad que China necesita.
Se estima que para el año 2018 las renovables ya habrán superado al gas natural, convirtiéndose en la segunda fuente mundial de energía, por detrás del petróleo. Hay que aclarar que ni la energía eólica, solar, hidráulica, geotérmica, o biomasa/biocombustible superan por sí solas al gas, pero combinadas podrían suponer un crecimiento del 40% para los próximos cinco años. Este dato supondría el 25% del consumo total de energía, llevándose la hidráulica la mayor parte (17%).
A pesar de estas expectativas, la AIE avisa de ciertas amenazas. La mala situación económica mundial es un freno para la inversión estatal y privada, así como las subvenciones e inversiones a programas de investigación. Aunque pueda parecer difícil de creer, dicho organismo también deja claro que aún existen gobiernos que dudan de la necesidad de las energías renovables en el desarrollo.
Para hacernos una idea de todo lo que aún nos queda por recorrer, Maria van der Hoeven, directora ejecutiva del AIE, concluye:
Las ayudas a los combustibles fósiles aún siguen siendo seis veces superiores a los incentivos económicos para las renovables.»
Es posible acceder al informe completo de la AIE en este enlace.