Éste es otro proyecto de arquitectura virtual, de esa que se diseña pero que no se construye. Es la Fibrous Tower, también conocida como Multiple Natures. El proyecto surgió con motivo del concurso para la Torre de Taiwán, y obtuvo el segundo premio. Quedó por detrás del Oasis del siglo 21.
Estas formas orgánicas quedarán para el recuerdo como uno de los proyectos de rascacielos más originales jamás diseñados. Es también un ‘edificio de carbono cero‘ que aprende de la naturaleza. Aquí la verticalidad se desvanece una vez alcanza la base, convirtiéndose en un bosque de soportes, volúmenes arquitectónicos, y áreas abiertas de libre circulación para los peatones. Los cuatro apoyos interiores están destinados a la comunicación vertical (escaleras y ascensores). Los que hay más al exterior crean plataformas públicas de observación.
La forma nació de algoritmos para la creación de enjambres que imitan procesos biológicos naturales. Se aplicó a modelos digitales, eligiéndose uno de los muchos posibles. Después los arquitectos fueron añadiendo las diferentes construcciones para la funciones previstas en el edificio, así como el análisis estructural aplicado a una estructura de acero.
La Fibrous Tower también está diseñada para ser un rascacielos autosuficiente. Es capaz de generar el 100% de la energía que necesita, mediante células fotovoltaicas integradas en la cubierta de su museo y salas de exposiciones. Lo hace tanto en superficies opacas como transparentes. También hay paneles fotovoltaicos aplicados a la piel de la torre, que aprovechan además la luz difusa de Taichung. La superficie total de captación solar es de 25.000m2.
El proyecto de Multiple Natures fue creado por los arquitectos de SOMA.