Un antiguo taller anexo de una casa, se convirtió en un refugio urbano. Se utiliza como estudio de un escritor, o como habitación para invitados, pero también es un paraíso para los niños.
Los cobertizos de los Bosques de Viena
Este proyecto supuso una actuación relativamente radical, pero a la vez respetuosa. El edificio original era una construcción anexa de una típica villa de los Bosques de Viena. Esta región se sitúa en la parte septentrional de los Alpes, y es muy frecuentada para la práctica de actividades al aire libre. En los años 1930, pocos propietarios podían permitirse un sótano, y mucho menos un garaje. Por eso se construían ellos mismos su propio cobertizo, con el fin de almacenar leña, criar animales, etc.
Con el paso de los años, esas construcciones fueron perdiendo su uso original. Muchas desaparecieron, y otras fueron convertidas en espacios acogedores, para la familia e invitados.
Rehabilitación como refugio urbano
Este proyecto de rehabilitación dejó la planta baja del cobertizo como almacenamiento para las herramientas del jardín. Arriba se acondicionó un espacio confortable, con muy pocos elementos, al que se accede por una escalera empinada de madera, que termina en una trampilla. Este gesto permite un mayor aprovechamiento de la superficie en el nuevo refugio.
La trampilla está revestida con chapa de latón, por ambas caras. Este material provoca una mágica luz cálida, cuando los focos de luz (situados arriba) se encienden. Uno de los frontales está completamente acristalado, mientras que en el opuesto se ha mantenido la pequeña ventana. La ventilación natural está garantizada por ese hueco y unas pequeñas salidas de aire (ocultas) que se han instalado en los laterales.
El interior está revestido con listones de madera de haya, barnizada en un color gris. Hay una zona elevada, que está acolchada, mientras que el resto se puede utilizar tanto como un espacio diáfano, o como área de trabajo con un escritorio. Además de los dos focos antes mencionados, existe una elegante línea luminosa en el techo. El aspecto exterior del refugio apenas ha variado. Se ha conservado la vieja fachada de madera carbonizada, y el tejado con musgo.
Este refugio urbano fue diseñado por el estudio de Sue Architekten. Fotos de Adreas Buchberger.