El Singapore Sports Hub es un complejo deportivo que se conoce principalmente por su cubierta retráctil. Con sus 310 metros de arcada, es la cúpula más grande del mundo. Esto la ha convertido en otro hito de la arquitectura moderna que se debe visitar en Singapur.
Una cubierta retráctil para proteger a 55.000 espectadores
Este escenario fue el elegido para ubicar el Estadio Nacional de Singapur, y una serie de instalaciones anexas deportivas, comerciales y de ocio. Todo el conjunto forma parte de un ambicioso plan urbanístico, que abarca 35 hectáreas junto al mar. Ofrece por tanto un marco de primer nivel para la celebración de grandes eventos.
En el estadio, 55.000 espectadores pueden disfrutar cómodamente sentados de todo tipo de espectáculos. Es un espacio refrigerado que tiene cubierta retráctil, y algunas gradas plegables, con el fin de dar cabida al mayor número de actividades deportivas. Por todo ello, es el primer estadio del mundo (diseñado a medida) capaz de albergar competiciones de atletismo, fútbol, rugby, y críquet, adaptando sus instalaciones en tan solo 48 horas.
Su cúpula es una pieza clave de ingeniería para este proyecto. Nació de la necesidad de proteger al público del sol y la lluvia. Cuando su parte móvil se desplaza, deja una gran ventana abierta hacia el centro de la ciudad. Este gran hueco es especialmente emotivo durante la celebración de la fiesta nacional.
Esta impresionante cubierta dispone de una instalación de iluminación LED, que también está entre las más grandes del mundo.
El Sports Hub cuenta con numerosos espacios públicos ajardinandos y refrescantes. Se diseñó para tener un enfriamiento pasivo, y el mínimo consumo de energía y agua. Precisamente su instalación de refrigeración es un 60% más eficiente que la de un estadio enfriado con sistemas convencionales. Además, el consumo realizado se ve compensado por la producción de energía limpia, procedente de fuentes renovables.
El proyecto con esta gran cubierta retráctil fue realizado por DP Architects, que contó con la colaboración de AECOM. La construcción, como no podía ser menos, corrió a cargo de ARUP.