Fue a mediados de la década de 1970 cuando los científicos analizaron las primeras imágenes proporcionadas por satélites. Entonces se quedaron perplejos por una extraña superficie de agua rodeada de hielo marino en el Océano Antártico. Ese fenómeno recibe el nombre de polinia, y duró tres inviernos seguidos antes de que se congelara. Pero un nuevo estudio sugiere que lo raro es precisamente la falta de una polinia en el Antártico.
Esa zona libre de hielo era del tamaño de Nueva Zelanda, y no ha vuelto a aparecer en los últimos cuarenta años. La nueva investigación, dirigida por científicos de la Universidad de McGill, viene a concluir que dicha polinia era un fenómeno común. Servía para que el calor de las profundidades del mar pudiera ser liberado. Además sería el último suspiro de lo que anteriormente era una característica habitual en el Océano Austral, interrumpida ahora por el calentamiento global.
El derretimiento del hielo ha provocado un cambio en la salinidad del océano, formando una especie de tapón de agua dulce en la parte superior, e impidiendo que el agua caliente llegue a la superficie. Ese calor atrapado en las profundidades del mar podría alterar el equilibrio y reducir la capacidad de los océanos de almacenar carbono. Incluso podría ocurrir que ese calor se liberara a la atmósfera si esa polinia gigante vuelve a aparecer (aunque se cree poco probable que ocurra esto último).
A partir de un artículo aparecido en Phys.org. Foto de dracophylla.