Decir que el arco iris de estas imágenes se produce por el sol y el agua de lluvia, parece una obviedad tremenda. Pero lo interesante aquí es que estos hermosos arcos de colores se produce artificialmente. Detrás de este sistema está un profesor de la Universidad Commonwealth de Virginia. Su método emplea una serie de bombas conectadas a fuentes, con boquillas personalizadas, capaces de rociar agua al aire, para simular una lluvia. La luz del sol hace el resto. Aunque el agua utilizada es agua de lluvia almacenada, he de decir que este arco iris sería perfecto si la energía que mueve esas bombas viniera de placas solares (por ejemplo).
Los «Arco Iris a demanda» fueron creados por Michael McKean Jones. Más tarde fabricó dos de estos ejemplares al día, durante 15 minutos, en el Bemis Center for Contemporary Arts de Omaha, Nebraska.