El propietario y prestigioso diseñador gráfico Roger Black, pidió al arquitecto una rápida y barata residencia para su rancho al Oeste de Texas. Wellen Rhotenberry Architects respondieron con una vivienda compuesta por cinco módulos a lo largo de un corredor. Cada uno de esos módulos era un contenedor de transporte marítimo reciclado.
El proyecto fue premiado por el American Institute of Architects (2009), suponemos que por la singularidad y bajo coste de la idea. Con menos de $200,000 se logró construir y equipar (incluidos electrodomésticos y decoración) toda la casa. Se puede decir que estamos ante una arquitectura que emplea sistemas modulares en su construcción, y además lo hace de manera austera:
- La cubierta de cada módulo de contenedor es un panel inclinado pero separado. Eso ayuda a reducir radiación solar a cada pieza, pero sacrificando la estética… Aunque esto último es muy subjetivo.
- En el lado sur de cada contenedor se colocan paneles disipadores del calor.
La única pega funcional que presenta la casa es la obligatoriedad de salir a la intemperie cada vez que se pasa de una estancia a otra. Eso es un mal menor si se tiene en cuenta que cada uno de los tres dormitorios dispone de baño propio.
Poco práctico tener que salir a la intemperie cada vez que se quiera ir de una estáncia a la otra.
Richard Rogers ya produjo una casa hecha de contenedores, aunque esta vez de frío (paneles de neveras industriales) en las cuales se ampliaba en función de las necesidades de cada inquilino.