La compañía C.R. Plastic Products es la que crea estas sillas de plástico reciclado, a partir de la recuperación de botellas y bolsas del postconsumo. El material se consigue siguiendo un proceso de extrusión que está patentado, y contiene un total de 80-980% de plástico procedente de botellas y bolsas del postconsumo. Las sillas mantienen el estilo Adirondack, y se producen en varios colores diferentes.
La diseñadora holandesa Nathalie Teugels ha creado MOOV, una silla en voladizo para generar electricidad con el movimiento que el usuario produzca al usarla. Este mueble se ha realizado con una estructura tubular de acero, y asiento-respaldo de madera y polietileno, pero incluye 288 cristales piezoeléctricos, batería, y un puerto USB para la recarga de gadgets.
El diseñador Jean Louis Iratzoki ha creado las sillas plásticas biodegradables Kuskoa Bi, con asiento envolvente sobre una estructura de madera maciza. Se ha utilizado para su fabricación un material sostenible como es el bioplástico, y se le ha dado forma empleando una técnica mecánica por termo-inyección. Las sillas están disponibles en varios colores.
Después del éxito con la silla baja Butter, los creadores australianos de DesignByThem volvieron a la carga diseñando la Silla Butter. Lo hicieron manteniendo el...