Su alzado tiene forma de cruz, y hay cierta simbología religiosa en algunos de sus renders interiores. Pero SKIT es un concepto de micro-casa que puede ser ocupada por cualquier persona. Puede funcionar de manera temporal o permanente, y ser construida con material reciclado y de desecho.
También se trata de una vivienda preparada para ser autosuficiente, gracias a los paneles fotovoltaicos y térmicos situados en la cubierta, y en una de sus terrazas. En total son cuatro plantas, bien aisladas térmicamente y revestidas de madera. El nivel inferior es un espacio que sirve para alojar las baterías, así como el depósito de almacenamiento del agua de lluvia. La planta siguiente contiene el cuarto de baño (con ducha e inodoro de compostaje); la cocina, comedor, dormitorio, y escritorio se encuentran en el tercer piso (el más grande). En la última planta hay un espacio sencillo para la meditación, con acceso a una de las azoteas.
Varios blogs escribieron sobre este proyecto diciendo que se trataba de una casa mínima hecha con contenedores. Y es extraño, porque su autor (Dachi Papuashvili) no hizo mención sobre ello en la página de su idea. Tan solo está etiquetado con la palabra «container» en el lateral. Es más, uno de los renders refleja que se trata de una vivienda con estructura de perfiles metálicos. Y por si hubiera alguna duda, las dimensiones señaladas en el plano de sección no coinciden en ningún momento con las que tienen los contenedores ISO.
En cualquier caso, sí podríamos imaginar que estamos ante un concepto de casa mínima que hace uso de módulos prefabricados. Por su tamaño podrían luego enviarse con la misma facilidad que los contenedores.