Por difícil que parezca de creer, estas sillas para la playa o el patio no son de madera. Están fabricadas a partir envases de leche, detergente, botellas de agua, y otros desechos de post-consumo e industriales. Según el fabricante, el material resultante tiene al menos un 90% de materia reciclada, lo que no está nada mal. Los envases se limpian, se les eliminan restos de papel o adhesivo, y mediante un proceso patentado se crean tableros parecidos a los de madera.
Las Sillas Polywood tienen además un diseño similar al de unos muebles de madera, pero son mucho más resistentes. Y no necesitan de mantenimiento (cepillado, pintura, etc…). Se mantienen limpias con un poco de agua y jabón de vez en cuando. Por eso pueden dejarse todo el año a la intemperie, sin que se alteren. No debemos confundir a este material con el plástico moldeado por inyección, ya que Polywood es grueso, denso. Es una copia de la madera tropical de alta calidad.
Más información en el sitio del fabricante: Vermont Woods Studios.