Organizar un Campeonato Mundial de Fútbol es todo un reto para cualquier país. Si en las fechas en las que se va a celebrar, las temperaturas extremas superan los 40ºC, entonces el handicap es considerable. Los estadios propuestos para el Mundial de Catar incluyen varias estrategias para su refrigeración. De todas ellas destacamos este sistema que no requiere de consumo eléctrico. Además sirve de estación de refrigeración para la población vecina, cuando el estadio no se esté utilizando.
Este campo de fútbol (con capacidad para 80.000 espectadores) emplea una pieza exterior de paneles para refrigerarse. Funciona de la misma manera que los lagartos del desierto utilizan sus escamas para enfriarse. Su diseño hace que el viento se dirija lejos de la parte superior del estadio, como ocurre con la mecánica de fluidos, que empuja hacia delante los yates modernos. Del resto se encarga el efecto Venturi, que ayuda a que el aire circule rápido hacia las gradas del estadio.
Este sistema se completa con una extensa lámina de agua situada en la parte inferior de los graderíos. Dicha lámina se abastece por un método tradicional qanat, y se encarga de enfriar el aire. El aire fresco llega a donde están los espectadores mediante unos conductos, completando así este ingenioso sistema pasivo de refrigeración a gran escala.
Este proyecto fue elaborado por el estudio de arquitectura Tangram Gulf.