
Creíamos que la forma más práctica de elaborar un espacio auxiliar para una casa era el cubo, a lo sumo variando algunas dimensiones, pero descubrimos que hay gente dispuesta a recurrir a otras geometrías más complejas, como por ejemplo un cuboctaedro truncado.
El motivo por el que se construye este refugio en el jardín de una vivienda unifamiliar, viene dado por la preocupación de unos padres en compartir actividades con su hijo en un lugar ajeno a los espacios domésticos, y que con el tiempo le sirva para desarrollar sus propias tareas e inquietudes. En el texto justificativo del proyecto se puede leer:
Para los niños, las formas puras son uno de los factores fundamentales para el desarrollo de su conocimiento, a través de ellas y de su diferenciación se le introduce al aprendizaje de la lectura y posteriormente al dominio de los fundamentos geométricos.”

Con estas premisas, el resultado al que se llega es a un poliedro con el frontal abatido, para crear la fachada de entrada completamente acristalada, dos huecos en dos de sus caras cuadradas, y un lucernario circular en la cubierta. El interior se diseña con las áreas de trabajo y descanso bien delimitadas, con un sofá en el lado central y mesas en los laterales (los asientos son fijos).
Toda la estructura cimienta sobre una losa de hormigón, y está compuesta por madera de pino, tanto la principal como el revestimiento interior. Además del manto impermeabilizante, la parte exterior del refugio está revestida por teja hexagonal negra (Shingle). El elemento del poliedro abatido funciona como una terraza exterior levemente levantada del suelo, con acabado en madera teka.


Para su fabricación se crearon previamente algunos modelos de maqueta a escala, a la vez que se iba detallando su diseño, con un equipo interdisciplinario de arquitectos y ebanistas, hasta que se llegó al resultado final.
Se demuestra así que un refugio con forma de cuboctaedro truncado es viable, y que además resulta bastante acogedor, con todo el interior de madera y esos huecos tan entrañables,… el inconveniente viene en que es un proyecto demasiado rígido, pues cambiar su distribución implicaría alterar la estructura del refugio, algo que podría pedir/necesitar este hijo una vez llegue a la adolescencia.



Visto en Tiny Dome House, Plataforma Arquitectura, con fotos de Manuel Villa (arquitecto) y Sergio Gómez.
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