Los creadores de este robot albañil afirman que su objetivo es aprovechar los trabajos humanos, no reemplazarlos. Bueno, eso es ahora, porque en el fondo todos sabemos que también el mundo de la construcción está cambiando. Se mueve hacia la arquitectura prefabricada, y también hacia el uso de grandes impresoras 3D. Pero la robótica, esa que inunda las factorías de Tesla Motors, también llegó a la construcción: se llama SAM. Su nombre es una abreviatura de Semi-Automated Mason (albañil semi-automatizado). Y su tarea consiste en colocar ladrillos en un muro.
El robot fue diseñado para trabajar en equipo con los humanos. SAM es el encargado de realizar las labores más rutinarias, como recoger el ladrillo, aplicar el mortero, y luego colocarlo en el lugar asignado. El operario en cambio realiza las tareas más específicas de la obra. Son aquellas en las que se requiere de mayor especialización: esquinas y detalles estéticos, limpiar el exceso de mortero, etc.
Más detalles del robot SAM
Un aspecto bastante interesante de esta máquina lo encontramos en el hecho de que fue diseñada y programada para adaptarse a la realidad de una obra. Esas diferencias entre lo que dicen los planos y lo que luego se construye. Scott Peters, cofundador de la compañía que diseñó a SAM, lo explica de la siguiente manera:
En construcción, el plano puede especificar que una ventana está exactamente a 914 centímetros de la esquina del edificio. Pero luego cuando llegas a la obra nada está donde debería estar.
En la versión actual, este sistema está especialmente indicado para construir grandes muros planos. Nos referimos a los que se pueden encontrar en edificios de cierta envergadura (hospitales, universidades, etc). Puede incluso detallar el logotipo de una empresa en una pared de ladrillo, siguiendo un mapeado digital. Esto es posible ya que puede colocar ladrillos fuera de la cara de una pared, con el fin de crear texturas. Todo esto gracias a que el robot albañil emplea una serie de algoritmos, sensores, láser,… para de medir distancias, ángulos, y controlar la velocidad.
El rayo láser es fundamental para que el robot sepa en cada momento dónde debe colocar el ladrillo con mortero, o cómo tiene que moverse. Es importante señalar que puede también trabajar situado encima de un andamio, sin que su precisión se vea alterada por el viento, ya que se trata de un robot que realiza una compensación del movimiento.
Un dato que da una idea de la eficacia de SAM: puede colocar entre 800-1.200 ladrillos en un día (casi 4 veces más que una persona).
Este robot albañil fue creado por Construction Robotics. Es una empresa con sede en Victor (Nueva York). SAM se puede comprar por medio millón de dólares, y ya se han vendido varias unidades.