Lo que viene a continuación es un estupendo ejemplo de lo que habitualmente es conocido como cargotectura. Nos estamos refiriendo a Unionkul, un edificio de oficinas con 660m2 en Nordhavnen (Copenhague, Dinamarca). Fue construido con contenedores usados, funciona de una manera bastante eficiente, y además se diseñó para que pueda desmontarse y montarse en otro lugar.
Los arquitectos responsables del proyecto lo describen como un experimento de arquitectura prefabricada que resuelve muchos de los problemas colaterales que tienen los sistemas tradicionales de construcción. El uso de los contenedores de carga permitió que en tan solo 2 días se montarán todos los módulos. Previamente se había colocado un mínimo número de soportes para completar la estructura. Los arquitectos optaron por dejar intactas muchas de las superficies corrugadas de los contenedores originales, con el fin de acentuar el carácter industrial de los espacios resultantes. Pero también fueron alterados (laterales y pisos) con el fin de crear una variedad de espacios (algunos de triple altura). Este tratamiento fortaleció la conexión visual y el paso de la luz natural.
Entre sus características sostenibles más destacables hay que señalar las siguientes:
- Diseño preparado para el clima escandinavo, a soportar temperaturas desde -10ºC a +25ºC.
- Un reducido consumo de energía, por debajo de 41kWh/m2 al año.
- Paneles en fachada (30cm) con gran espesor de aislamiento (U=0,13 W/m2K).
- Ventanas de triple acristalamiento.
- Es un proyecto que tiene en cuenta el desmontaje.
- El 90% de los materiales empleados son reciclables.
- La ventilación se hace de manera natural.
El proyecto de estas oficinas con contenedores usados fue realizado por la firma de arquitectura Arcgency.