El freno a la mayoría de tecnologías relacionadas con las energías renovables tiene mucho que ver con el coste de determinados productos. Un ejemplo lo encontramos en las pilas de combustible (convierten hidrógeno en electricidad), que requieren de un metal muy caro, el platino. Un equipo de investigación del Instituto Paul Scherrer (PSI) trabajó en el desarrollo de una célula de combustible basada en aerogel. La ventaja está en que precisa de menor cantidad de estos metales, y que es cinco veces más eficiente.
En una de estas típicas celdas, se combina oxígeno con hidrógeno. Es un proceso de unión química que libera electrones por un lado, y agua por el otro. Esta reacción sucede de manera regular en la naturaleza, pero de forma muy lenta. Por eso en una pila de combustible es necesario un catalizador que permita que dicho proceso se haga más rápidamente. El catalizador comúnmente utilizado es el platino, que además de ser escaso y caro, requiere de una superficie de carbono. Pero los científicos del PSI y la Universidad de Dresde consiguieron multiplicar por 5 la eficiencia sustituyendo el carbono por aerogel. También utilizaron mucha menos cantidad de platino.
Por el momento, dicho aerogel ha superado las pruebas de laboratorio relativas a durabilidad, e investigan ahora la estabilidad con un material bimetálico.
A partir de un post de PhysOrg.