Científicos de la Universidad de Harvard desarrollaron una batería de flujo que apenas pierde capacidad de carga, y que se fabrica con materiales más baratos. Esta nueva batería recargable líquida tiene dos soluciones acuosas, en pH neutro. Utiliza electrolitos de ferroceno y viológeno. Pierde el 1% de su capacidad a los 1.000 ciclos, y no es tóxica, por lo que podría tener también aplicaciones domésticas.