Reutilizar un contenedor marítimo como quiosco de café no es nada nuevo. El pionero de este concepto fue Adam Kalkin, que cautivó a mucha gente con un contenedor que se convertía en una casa, al desplegarse los laterales. Pero seguramente la cafetería-contenedor que traemos hoy sea una de estas transformaciones con el resultado más elegante que hayamos visto jamás.
Cafetería-contenedor para una franquicia de Sudáfrica
Se recicló un contenedor de 20 pies, con el fin de prepararlo para una franquicia de cafeterías, en Johannesburgo (Sudáfrica). Esta solución facilitaba su transporte, y además poseía unas dimensiones muy apropiadas para este tipo de negocio. En un taller se realizaron todos los trabajos de transformación. Su interior se forró de planchas de corcho, fabricadas a partir de tapones reciclados de botellas. Para el suelo y techo se utilizaron tablones de madera, y se abrieron huecos, se colocaron elementos abatibles que permitieran cerrar/abrir la cafetería. Se le añadió el mobiliario y los mostradores, así como la instalación eléctrica.
Una vez completada su construcción, se trasladó hasta el sitio. Su instalación se hizo en un solo día, ya que el diseño está preparado para activarse «plug and play».
El proyecto surgió de la iniciativa de Roast Republic. Es una organización que utiliza el café para facilitar a todos los sudafricanos el acceso a la educación. Tuestan y venden café en Johannesburgo, y abren tiendas como ésta, que son gestionadas por jóvenes emprendedores desfavorecidos. El diseño de esta cafetería-contenedor fue elaborado por Architecture for a Change, un grupo de arquitectos y diseñadores que crean prototipos a partir de proyectos conceptuales.
